Golpear con palabras
Yo estaba pensando en una mujer con mayor dominio del español.
Fue en un día tenebroso, lleno de desgracias para ella, cuando yo decidí dejarla. El cielo estaba más gris que mi corazón. Pero después, me sentí como un boxeador que hubiera noqueado, que hubiera derrotado, a un paciente en cuidados intensivos. Cada palabra que pronunciaba era un golpe rostro, un puñetazo en la cara. Cada palabra fue una pelea contra su cuerpo. Contra sí misma. Y cuando ella me preguntó: "¡Por qué hoy!" yo no supe qué decir ni cómo responder, así que yo la golpeé con mi silencio. No necesitas golpear o pelear con una mujer para ser un mal hombre. Puedes golpearla con palabras, herirla con palabras, no escuchandolas y siendo el centro. Yo no voy a enviar ningún mensaje. Ella está mejor sin mi.
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