Desconocido
Después de calificar los papeles aburridos y realizar las típicas tareas administrativas Sísifo, fui al café, que era tan antiguo como las catedrales de ladrillo del siglo XIX. Mi plan, que me ocurrió como un rayo, hace un momento, era comprar un café descafeinado y leer lentamente una novela que me atrapara en una historia que me arrastraba hacia los túneles como si yo fuera agua, flotando en una tubería construida por Robin Williams. Me arrastrara hacia una historia que me seguía a todos lados, llevándome dentro de los túneles como si flotara en una tubería. Mis piernas me guiaron hasta un asiento de madera con patas desiguales, cerca de una pared de ladrillos. El frío me toca el cuello y los brazos como sensibles hilos helados que buscan un secreto escondido bajo mi piel. Yo sentí la presencia de una ventana detrás de mí. Mi concentración fue interrumpida por un extraño que parecía un mosquito. El cielo era como un mar gris y el hombre mosquito parecía nadar de un cielo que quiere ser agua. El me hizo muchas preguntas que desenterraron, que dredged up, mis restos más sucios, como si él estuviera construyendo un puerto para dejar caer su misteriosa carga. Un puerto donde poder depositar su misteriosa carga. Yo invoque, yo conjured up, una excusa para irme, para alejarme de él. Pero cuando me levanté, me desplome en pedazos de vidrio. El hombre con aspecto de mosquito intentó tomar un pedazo y llevárselo como niño roba un caramelo que quedó en una caja de plástico abierta en el supermercado. Pero fue cortado. Lo cortaron. Sus dedos comenzaron a sangrar como un rociador, como si fuera un aspersor, mientras el huia del cafe. Los fragmentos de vidrio volvieron a casa.
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