Premonición
El hombre era una bestia en un mudo de bestias.
La profetisa estaba durmiendo, tuvo un sueño, una visión, una premonición donde una zarigüeya estaba arrancando el corazón de un mapache. Se despertó sudando, gritando las palabras:
Un zarigüeya desgarrara, arrancara el corazón del mapache.
En un sótano oscuro un hombre poseído estuvo castigando a cuatros niños. Por dentro el hombre era una bestia sedienta de sangre, sedienta de castigo. La bestia se estaba divirtiendo y disfrutando atacando a los niños, a sus hijos. Hasta el barbaro llego, llego con palabras puras como un huracán de granizo saliendo de los puños.
El le dijo
- ¡Ya basta, no te tocaran!
Más tarde, durante esa noche oscura, de robo y destrucción. El bárbaro robará, con la ayuda clandestina, de la casa de su buen hermano. La esposa del buen hermano ayudó al bárbaro. El buen hermano amaba al bárbaro. El bárbaro vivía en la casa del buen hermano. Pero, el buen hermano no sabía que el bárbaro llevaba meses robando las arcas de su buen hermano. El buen hermano no sabía que el bárbaro iba a rodar otra vez.
Un hombre bien arreglado se escabulló por la ventana. La mujer atacará el buen hermano, su marido, con neblina de mace, una niebla masiva. Distraído, el buen hermano no sería un obstáculo, mientras el bárbaro le robara.
Durante aquella noche oscura, mientras el buen hermano dormía, el bárbaro rompió la ventana interior. Cuando levantó la ventana supo que la ventana se había abierto, el furtivo había entrado y el buen hermano había despertado más rápido. Pero atacó con una niebla masiva. Ciego y enojado, agarró su gran rifle debajo de su sofá.
Mientras la mujer gritaba y gritaba en una caja trasera, el buen hermano tiro y tiro y desgarro y arrancó su corazón.
Y la nina dijo:
- La zarigüeya le arrancaría el corazón al mapache.
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