Leviatán
El año pasado no tenía ganas de leer. Acabo de mirar la página. No fui traspasado por la flecha de Cupido. Esta hecha de hechizos misticos que atrapan mi mirada en personajes fenicios que actuan en una pelicula en negro y blanco. Una película que ha estado dando vueltas en mi mente durante años.
Yo soy el Numineriano pisoteando la hierba cangrejo. Busco mi destino en la ciudad de Río. Los canales son vasos sanguíneos, el Leviatán que me envuelve y me atraviesa. En el vientre oscuro, ácido y carnoso, digo oraciones, rezo y recuerdo viejas historias, recuerdo aquella noche cuando me levanté y busqué a quien amaba.
Cuando los Vigilantes de la Ciudad me encontraron, les pregunte:
"¿Han visto a la mujer que amo? ¿Han visto a la mujer que amo?"
Cuando aquella bestia me expulsó, me había extraviado hacia una orilla sucia. Lleno de cajas torácicas blancas blanqueadas. Granos de arena quedaron atrapados bajo una prenda de piel escamosa.
Yo era como un pez muerto hasta que mi amante me encontró, me levanto de la orilla húmeda y árida, y me llevó a nuestro templo de pan de jengibre de ladrillo y mortero. Allí nos bañamos juntos en rayos de alegría.
Comments
Post a Comment